El Cine Itinerante en el Valle de Tagua Tagua
Por Juan Carlos González Labra, investigador sanvicentano.
Actualmente es muy común y bien publicitado, tanto en Santiago como en las provincias de Chile, las funciones de cine Itinerante, muchas de ellas al aire libre, especialmente en la temporada de verano. La idea de esta actividad es poder llevar la magia del cine a las comunas más populares en el caso de Santiago, y a las zonas rurales en el caso de las provincias. Estas funciones de cine son gratuitas, el costo lo asumen generalmente los municipios u organizaciones culturales del Estado.
Si nos remontamos a la década del año 50, 60 y 70, cuando la única distracción masiva era la radio, el cine tuvo una importante cuota de cultura y entretención para la los chilenos. Sólo las ciudades y algunos pueblos tenían salas de cine o teatro, las personas que vivían en los sectores rurales, pocas veces podían asistir a una función de cine.
Como lo he relatado en una crónica anterior, en San Vicente hubo cine desde el año 1920 aproximadamente, hasta prácticamente 1988, luego, por la falta de público y otros factores, el Teatro Municipal se transformó en auditorio.
Durante muchas décadas, las personas de las distintas localidades aledañas a San Vicente como Tunca, El Tambo, Santa Amelia, Requegua, Las Patagua, etc., solo tenían la posibilidad de ver películas en San Vicente cuando los programas eran Rotativos, o bien, aprovechar la Matiné, de otra manera no alcanzaban a tomar la micro de regreso a sus respectivas localidades.
De esta realidad, en 1955, un sanvicentano concibió la idea de llevar la cultura y la magia del cine a las localidades rurales del valle de Tagua Tagua. Junto a dos hermanos hicieron una pequeña sociedad, reunieron los fondos necesarios para comprar una maquina proyectora de películas portátil de la prestigiosa marca RCA Víctor, luego, otro poco de capital para los trámites legales, compra de un Telón y todos los implementos necesarios para dar un servicio apropiado al público que iría a ver la función de cine.
Pocos años después, dos hermanos se retiraron de la sociedad y el negocio quedó en manos de uno de ellos, don Hugo Benjamín Rodríguez Solís, que por casi 18 años, y de manera ininterrumpida, llevó el encantamiento del cine a los lugares más apartados del valle de Tagua Tagua. Bajo las lluvias de invierno o con los calores del verano, don Hugo cargaba su Jeep Willys del año 1954 y partía diariamente con un destino determinado, las personas de esos lugares lo esperaban con entusiasmo para ir a la función de cine. Los domingos iba a El Tambo, los Lunes a Patagua San José, Los Martes a Zúñiga, y el resto de la semana abarcaba Requegua, Larmahue, Santa Amelia, Tunca y otros lugares.
La rutina de trabajo de don Hugo consistía en viajar a Santiago cada cierto tiempo, para ir a la distribuidora de películas Pelmex (Películas Mexicanas), que se encontraba en pleno centro de Santiago, ahí confeccionaba la programación semanal de dos o tres meses, sin olvidar nunca que en la Semana Santa no podía faltar “La Pasión del Señor”, y por su puesto actualizar semanalmente el informativo “El Mundo al Instante”. Luego, la empresa le mandaba sagradamente las películas por la empresa de buses Vía Ruc todos los jueves en la mañana, don Hugo la retiraba en el terminal de San Vicente, y aprovechaba de enviar de vuelta la película que ya había exhibido la semana anterior junto a las sinopsis que se había mostrado para dar un adelanto de la película que llegaba. De esta manera, la película la tenía durante una semana, cada día de la semana en una localidad.
Las salas de teatro eran en algunos casos simples bodegas de algún fundo, como en Larmahue, donde en varias oportunidades la bodega estaba ocupada con sacos de trigo que se usaban como asientos. En otros lugares como El Tambo, Zúñiga y Santa Amelia, se hacía uso del pequeño teatro que ahí existía. Numeroso público llegaba a ver “la película” que se había anunciado la semana anterior con afiche, fotos y la respectiva sinopsis proyectada por la máquina RCA Víctor.
Lo primero que hacía don Hugo al llegar al lugar de exhibición, era instalar un parlante vuelto hacia la calle, encender el Tocadiscos y poner un disco con las canciones de algún cantante de la época. Cuando era la hora de comenzar la función, que en verano era a las 22.00 horas, comenzaba a sonar la marcha “El Traspaso”, señal inequívoca de que en pocos minutos más, comenzaría la función, primero con el informativo clásico “El Mundo al Instante”, luego las sinopsis de las próximas películas y finalmente la película del día.
Este día era esperado por los niños, jóvenes y adultos del sector, era un día para lucir la mejor ropa, peinarse bien, y llevar a la señora, a la polola o a la pretendida señorita, a ver la película. Muchos llegaban caminando, otros en bicicleta, otros a caballo, y en más de una ocasión, alguien llegó en moto.
Como don Hugo trabajaba con solo una máquina proyectora, y una película completa consta de tres o cuatro rollos, cuando terminaba uno, se encendían las luces para instalar el rollo que continuaba. En uno de estos cambios de rollo, generalmente en el último cambio de rollo, se aprovechaba de hacer un intermedio más largo, tiempo que aprovechaba el público para salir a conversar, a tomar una bebida, o a comprar maravilla para luego continuar viendo la película.
El trabajo duró hasta 1973 producto del “toque de queda” establecido en el país, norma que perduró hasta el 2 de enero de 1987. Por razones obvias, don Hugo tuvo que focalizarse en los otros rubros que manejaba, como la propaganda móvil y la amplificación de eventos, bailes y actos públicos. Terminado este período de “toque de queda”, su hijo mayor continuó con el cine itinerante, pero en los 14 años que habían pasado, ya los canales de televisión eran varios y llegaban con mejor señal a provincia, además, la revolución del video VHS ya se había instalado en las casas.
Nacido en San Vicente de Tagua Tagua en 1925, don Hugo Rodríguez Solís era hijo de padres españoles, venidos de Gijón, España. Ellos se radicaron en San Vicente e instalaron una pastelería frente a la plaza de Armas. El 28 de junio del año 2006, don Hugo dejó de existir, ese día otro de los personajes de nuestro San Vicente se nos iba.
Artistas como Antonio Aguilar, Cantinflas, Santos el Enmascarado de Plata, Sandro, Libertad Lamarque, Palito Ortega, Leo Dan, Raphael, Sara Montiel, John Wayne, Clint Eastwood, Charles Bronson, entre muchos otros actores más, entretuvieron y fueron conocidos por muchos sanvicentanos, gracias a las películas que don Hugo Rodríguez Solís proyectó con su cine itinerante en el valle de Tagua Tagua.
San Vicente, domingo 30 de agosto de 2015.