La Encomienda de Indios de Malloa

Recopilado por Eugenio Bastías Cantuarias, investigador de la cultura folclórica.
Original de www.memoriachilena.cl

La entrega de la encomienda de indios de Malloa estuvo directamente relacionada con la constitución y la historia de este pueblo de indios, mencionado desde 1565 como parte del partido de Colchagua.

En el año 1700 el gobernador Tomás Marín de Poveda le otorgó el título de «pueblo» con el nombre de San Antonio de Malloa. Los indígenas de Malloa y el área que ellos ocuparon y utilizaron, estuvo fuertemente vinculada con otros pueblos, estancias y haciendas, como Copequén, San Vicente de Tagua Tagua y el valle de Tilcoco, a través de una diversidad de senderos y caminos reales o de carretas. Conformaron grandes espacios de interacción social, económica y ritual entre indígenas, españoles, mestizos y negros que habitaron la zona.

Este pueblo siguió el patrón impuesto por la administración colonial: calles trazadas, una plaza, una capilla con casa para el cura doctrinero, un terreno para la casa del cacique y tierras con sistemas de acequias donde los indígenas hicieron ranchos y sembraron. También contó con tierras de la comunidad para el pastoreo y crianza de ganado mayor y menor, complementando estas actividades con la caza, recolección y pesca. Junto a esto, el pueblo de Malloa tuvo un tambo donde los indígenas vendieron e intercambiaron diversos productos, práctica que probablemente tuvo su origen en el período prehispánico. Durante el siglo XVII los franciscanos edificaron en el pueblo el convento de San Antonio de Malloa.

A fines del siglo XVII, por presiones políticas y económicas, los indios fueron trasladados por su encomendero a la estancia de Aculeo y a las demasías del pueblo de indios de Rapel. Posteriormente, se dispersaron por distintos lugares de la región y en las tierras de Malloa se establecieron españoles, quienes sembraron viñas y construyeron un molino.

Sin embargo, a comienzos del siglo XVIII, existía aún el pueblo de Malloa compuesto por aproximadamente 60 indios; aunque de las más de 1600 cuadras de tierras otorgadas inicialmente solo quedaban 400. Un sector de este pueblo, cercano al tambo, fue llamado «pueblo de Pichicobque», linaje de donde provenía la mayor parte de los caciques y cacicas. La extensa familia habitó un espacio geográfico determinado, el cual se identificó con su apellido, pero debido a las presiones que ejercieron hacendados y estancieros, los caciques se negaron a seguir viviendo en el pueblo y a ejercer su autoridad.

Hacia fines del siglo XVIII casi todas las tierras del pueblo de Malloa fueron ocupadas, y el pueblo y la capilla se encontraba en ruinas. Los indios fueron empleados como mano de obra en haciendas y estancias hispanas, señalando el inicio del fin de este espacio social, cultural y económico indígena dentro del sistema colonial.

Fuente: www.memoriachilena.cl

San Vicente, sábado 4 de abril de 2015