Los Ladrilleros de Pueblo de Indios y La Puntilla
Si alguna vez ha llegado a San Vicente en bus o en auto por la Carretera de la Fruta (Ruta 66), seguramente ha visto y quizás le han llamado la atención una serie de montículos formados con ladrillos en amplias extensiones de terreno. Estos montículos y ladrillos ordenados no son otra cosa que las fábricas artesanales de ladrillos.
San Vicente se compone de una ciudad central y una serie de pequeñas localidades alrededor de esta. Entre todas estas localidades se encuentran La Puntilla y Pueblo de Indios, pueblos vecinos en los cuales se ha desarrollado por años la elaboración artesanal de ladrillos con métodos de trabajo traspasados de generación en generación.

En rojo la zona urbana de San vicente. En azul la zona donde se fabrican ladrillos. Imagen tomada de google maps.
El arte de la elaboración del ladrillo es heredado de generación en generación, tal como lo señala Pedro Pavez Bastías en su sitio web [1]. Se trata de un oficio de esfuerzo, que reúne elementos como la tierra, el agua y el sol, siendo propio de la zona en particular antes mencionada.
La primera parte del proceso de creación de los ladrillos corresponde a la preparación de los materiales. Este paso implica pisar el barro con un caballo, mezclando así tierra, paja, aserrín y agua. Cuando el barro está listo, se traslada a la zona de trabajo (la “cancha”), en general, con carretillas, desde el pozo de mezcla.

Proceso de elaboración de ladrillos. Traslado de material a la zona de trabajo. Imagen tomada de [1]
Una vez en la “cancha” de trabajo, se rellenan moldes según el tamaño y tipo requerido. Los ladrillos se dejan secar un tiempo y se raspan para terminar el modelado.
Ya modelados, se comienza la etapa de secado ubicando los ladrillos en zig-zag y posteriormente se encastillan para acelerar el proceso.

Proceso de fabricación del ladrillo. Etapa de secado con ordenamiento en zig-zag y encastillado. Imagen tomada de [1]
Cuando están completamente secos, se apilan formando hornos en forma de pirámide de, aproximadamente, 4 metros para el proceso de cocido con fuego alimentado por leña durante 12 horas. Luego de esto, se tapan los hornos y se dejan así por 7 días, hasta que le fuego alcanza la parte superior del horno.

Cancha de trabajo del ladrillero. Se pueden observar los procesos de secado y cocido del ladrillo. Imagen tomada de [2]
Resulta muy interesante reflexionar acerca de este noble oficio, el cual, como mencionamos, combina los distintos elementos de la naturaleza, como lo son la tierra, el agua y el sol para crear un objeto que ha sido vital para el desarrollo de nuestra sociedad, con el que convivimos en nuestras propias casa. Un dato no menos importante es que en Pueblo de Indios se encuentran los cementerios de la comuna, donde las estructuras mortuorias están hechas justamente de ladrillos… Podemos decir, entonces, que, en Pueblo de Indios, de la tierra se construye, para vivir de ella y para volver a ella…
[1] P. J. D. Bastías, «Fábrica de Ladrillos Lolo,» [En línea]. Available: artesanialadrillos.es.tl.
[2] J. R. Montero, «Flickr,» [En línea]. Available: www.flickr.com/photos/jraulmonterob.