A don Manuel Segundo Yáñez Zúñiga, cantor a lo divino de San Vicente

Tomado de uno de los cuadernos de recopilación de don Mario Lizana Guajaro, poeta popular y cantor de San Vicente de Tagua Tagua, nacido en Cahuil. Los textos pertenecen a don Mario y fueron escritos en distintos momentos. En la foto, don Mario Lizana.

«Don Manuel Segundo Yáñez Zúñiga nació el 12 de mayo de 1915 en el fundo de Idahue. Toda su vida trabajó en el campo. También vivió en Tagua Tagua y Viña Vieja, siempre como inquilino. Casado con la señora Rosa, ya fallecida, le sobreviven 6 hijos. Me contaba que uno de ellos se ahogó en el lago Rapel, al cual recordaba mucho. Don Manuel no sabía leer ni escribir, pero tenía una memoria privilegiada. Aprendió de su padre don Neto Yáñez y otros parientes antiguos el oficio del canto a lo divino, específicamente en velorios de angelito. Sus últimos años los vivió en San Vicente de Tagua Tagua, población Los Naranjos. También se desempeñaba en forma particular como gásfiter. Su gran pasión era salir de pesca, casi siempre al lago Rapel. Sus amigos le decían «El soberbio», «El pavo» o «El huaso Yáñez». Don Manuel Yáñez falleció a la edad de 88 años a consecuencia de su avanzada edad, esto ocurrió el 14 de noviembre de 2003. Aún vive su hermana, la Sra Juanita Yáñez, que vive en Diego Portales, San Vicente de Tagua Tagua, ella es abuelita de la Catita, integrante del Conjunto Rigolemu (la sra Juanita se encuentra fallecida en la actualidad).»

«El día 15 de febrero de 1997 compuse el siguiente verso a lo humano, historiado, encuartetado y con despedida como un pequeño homenaje a don Manuel y en agradecimiento por la gran cantidad de versos que me ha entregado:»

Verso en homenaje a don Manuel Yáñez Zúñiga

CUARTETA

Unos le dicen soberbio
otros le dicen el pavo
yo le digo huaso Yáñez
gran cantor autorizado.

GLOSA

Voy a componer un verso
por la historia de un gran hombre
no quiero que alguien se asombre
sin antes dar comienzo.
Voy decir lo que pienso
cantando a los cuatro vientos.
En sus versos y proverbios
su autoridad es conocida
y pa’ empezar la partida
unos le dicen soberbio.

Manuel Yáñez un cantor
de versos a lo divino
con mucha razón y tino
le canta a la creación.
Con mucha fe y devoción
le canta al ángel gloriado.
Con versos muy bien fundados
en la rueda al angelito
y llegando ya a viejito
otros le dicen el pavo.

Siguiendo la poesía
es justo de señalar
que cuando empieza a versear
lo hace con maestría.
Con su gran sabiduría
no hay ninguno que lo gane.
Que su talento no falle
al cielo no más le pido
y a este gran amigo mío
yo le digo huaso Yáñez.

En los años juveniles
vivió en la hacienda de Idahue
trabajó como se sabe
como cualquier peón de Chile.
Bajo el canto de los triles
dispuso ser afamado.
Allí conoció el arado
la gualeta y la mancera
y en esa misma carrera
gran cantor autorizado.

DESPEDIDA

Al fin para terminar
este homenaje sencillo
pero lo hago con cariño
y aprecio muy singular.
No quiero dejar pasar
esta ocasión pa’ decirle:
Este cantor es de Chile
nadie lo puede negar
sale lindo el recitar
cuando se juntan los triles. (*)

(*)  Referencia a las veces en que nos juntábamos a compartir versos

«En San Vicente de Tagua Tagua, siendo el 27 de mayo del 2008, hojeando mis cuadernos, encontré el siguiente verso que está fechado el 30 de noviembre de 2003, poco tiempo después del fallecimiento de don Manuel:»

Verso por el fallecimiento de don Manuel Yáñez Zúñiga

Ya se fue ya se acabó
ya terminó su existencia
la divina providencia
al cielo se lo llevó.
Por los aires se elevó
rodeado de querubines.
De ángeles y serafines
a los palacios de Dios
como el ave más veloz
que se eleva a otros confines.

Corre el año 2003
en punto de primavera
deja su paso en la tierra
un hombre de mucha fe.
Aquí me referiré
al huaso Yáñez poeta.
Su vida así se completa
como un ave pasajera
ya está cruzando la esfera
que cubre nuestro planeta.

Se apagó su viva voz
el verso también las payas
ya se acalló la guitarra
su cantar enmudeció.
El pueblo se entristeció
al conocer la noticia.
Pero queda una primicia
de haber oído su canto
por eso mi voz levanto
con propiedad y justicia.

Muchos ángeles del cielo
han de salir a su encuentro
por aquel feliz momento
que cubrió con gran desvelo.
El angelito primero
que cubrió de poesía.
Saludos y despedidas
entre congojas y llantos
mas hoy en el entre tanto
dolorosa es su partida.

DESPEDIDA

Al fin me despediré
con grato honor me refiero
a un huaso que por entero
se entregó al canto y su fe.
Hoy con Dios no duraré
entona cantos marciales.
En los coros celestiales
de la divina mansión
mientras que mi corazón
sufre congoja y pesares.

«Siempre relaté en varias partes este verso, destacando su fe impresionante. Sabía versos antiguos, sabía un poco en latín, oraciones, conjuros. Sabía mucho y era muy católico, con mucho respeto a nuestra fe.»

«Como su memoria se veía bastante deteriorada, muchos versos quedaron incompletos, por lo que a veces le ayudaba a completarlos. El siguiente corresponde a un verso compuesto por don Manuel (las tres primeras décimas) que me entregara cerca del año 1980 y que completé hace poco tiempo (agregué las dos últimas décimas, para dejarlo con cuatro décimas y una despedida).»

El nombre de mis queridas.

Si quiero a la Mercedita
se me agravia la María
prefiero a la Rosalía
y olvido a la Margarita.
La Cristina se amaldita
porque la rubia Serrano,
prometen darme la mano
y burlo a la Emperatriz
suspira y llora por mi
la Teresita Moyano.

Siento mucho a la Clotilde
no me quisiera acordar
envidiosa la Pilar
me cela con la Matilde.
La Aureliana por humilde
ha de ser mi compañera.
La Edulia fue la primera
en brindarme el compromiso
y un día en Valparaíso
me invitó a las torpederas.

Feliciana y la Sofía
de placer se desmayaron
porque un día me encontraron
donde el agua no corría.
Sollozando la Sofía
envidia con la Felisa.
Eran todas mis primicias
prometen darme la mano
con la chica Mandujano
eran todas mis delicias.

La Julia con la Lusmira
la Rita y la Encarnación
me causan gran emoción
junto a la Rosa y la Elvira.
La Blanca Flor no me mira
hace un tiempo hasta la fecha.
Lo mismo que la Josefa
busca y busca pretendiente
la vieron por San Vicente
junto con un par de viejas.

DESPEDIDA

Al fin doy la despedida
ya nombré a las 26
aquí les doy a saber
el verso de mis queridas.
Un viejo me contó un día
este cuento por doquier,
yo les doy a conocer
lo pícaro del chileno
ponderarse nunca es bueno
la que manda es la mujer.

 

San Vicente de tagua Tagua, 15 de junio de 2017