El Primer Mártir del Cuerpo de Bomberos de San Vicente
El 24 de marzo de 1941, pasada la medianoche, se declaró el incendio en el Teatro de la vecina comuna de Las Cabras. A dicho llamado concurrió el cuerpo de bomberos de la Primera Compañía de San Vicente de Tagua Tagua. A la 1:20 hrs. el carro «Fiat» de la compañía salió tripulado por José Isla, José Delanoy, Gerardo Sáenz, Carlos Palominos y Juan Castigliony. Mientras que el carro «Lanzia» salió tripulado por los voluntarios Ramón Toro, Luis Rivera, Juan Kattan, Manuel Escobar, Manuel Zamorano, Carlos Peña y Lillo, Armando Latuz y un voluntario de la Segunda Compañía de San Bernardo.
Camino a su destino, el carro «Lanzia», conducido por el Capitán Peñña y Lillo, al enfrentarse a un curva muy cerrada, no pudo tomar bien el estrecho puente Urzúa y se precipitó al canal, el cual tenía una profundidad de 4 metros y llevaba una altura de 3 metros de agua, con todos sus voluntarios dentro.
El Capitán Peña y Lillo y el voluntario Juan Kattan lograron salir del agua con ayuda del voluntario Luis Rivera. También pudo salvarse al Teniente 1° de la Segunda Compañía de San Bernardo y al voluntario Ramón Toro. Los voluntarios Manuel Escobar y Armando Latuz fueron rescatados gracias a los servicios de escala del carro «Fiat». Al voluntario, y tesorero de la compañía, Manuel Zamorano no se le pudo encontrar por ninguna parte.
En horas de la madrugada de ese día, habiendo cortado la mayor parte del cauce del canal, pudo verse que el voluntario Manuel Zamorano se encontraba junto a la máquina, extrayendo así su cadáver.

Accidente en el cual perdió su vida don Manuel Zamorano, primer mártir de la 1ra Compañía de Bomberos de San Vicente. Imagen ubicada en el Salón de Actos de la 1ra Compañía.
Tras paso por el Hospital de San Vicente, los restos de don Manuel Zamorano fueron velados en su domicilio, donde se instaló una capilla ardiente con guardia montada por los voluntarios de la Primera Compañía de San Vicente y del Cuerpo de Bomberos de Peumo. En el traslado del féretro hasta la Iglesia Parroquial, las compañías visitantes formaron desde la misma casa hasta el templo. En la tarde del día 26 sus restos fueron trasladados por tren a Santiago, siendo despedido por un numeroso público desde la estación de Ferrocarriles de San Vicente, lugar donde le dedicaron sus palabras el Sr Joaquín Corugedo, a nombre de los amigos personales; Octavio Cossio, a nombre del Rotary Club; el Sr Alcalde de Las Cabras; el Sr César Saldías, a nombre de la Junta de Auxilio Escolar; el Sr Luis Rivera, a nombre del Club Deportivo «Huaraca»; y el Dr Luis Ibáñez a nombre de la Primera Compañía de Bomberos. A su paso por Rancagua, le rindieron honores los voluntarios del Cuerpo de Bomberos. Ya en el Cementerio General de Santiago, asistieron delegaciones del Cuerpo de Bomberos de Santiago y algunos parlamentarios.
De esta forma, don Manuel Zamorano se convierte en el primer mártir del Cuerpo de Bomberos de San Vicente de Tagua Tagua, cumpliendo la promesa de servicio de los voluntarios de bomberos «…hasta rendir la vida si necesario fuere, en el cumplimiento del deber…», elevándose al sitial más alto al que pueda aspirar un voluntario: ser el hombre símbolo que represente el sentido de la abnegada entrega a los demás.
Para recordar su memoria y honrar su sacrificio, la Compañía acuerda levantar un monolito recordatorio en el mismo lugar del accidente: costado sur del puente Urzúa, en Larmahue. Los planos del monolito fueron confeccionados por el arquitecto Adolfo Blanco y para financiarlo se pidió ayuda a las municipalidades de Las Cabras y San Vicente, junto con una colecta pública organizada por los voluntarios de de la Primera Compañía. El monolito queda prontamente terminado y fue inaugurado con un acto celebrado en el 1er aniversario del fallecimiento de don Manuel Zamorano, al que asistieron familiares, autoridades, amigos y voluntarios de San Vicente, Rancagua, Rengo y Peumo. Ese día, luego de un oficio Religioso, se inauguró y bendijo el monolito, que se encontraba adornado con hermosas flores. Luego de descubrir la placa de bronce instalada en el monolito, hicieron uso de la palabra el Dr. Ibáñez; Joaquín Corugedo, a nombre del Rotary Club; Alfonso Eléxpuru, a nombre del Cuerpo de Bomberos de Rengo; Otilia Zamorano, a nombre del pueblo de Larmahue; el Capitán de la Primera Compañía de Rancagua; y un hermano de don Manuel. Terminada la inauguración las delegaciones asistentes regresaron a San Vicente formándose en la calle Riesco (abajo), desde donde desfilaron encabezados por la Banda de Músicos hasta la Plaza de Armas, donde se rindió honores a las autoridades locales. Posteriormente, se sirvió un almuerzo de camaradería en el Club Social.
En 1943, el Rotary Club organiza un homenaje en memoria de don Manuel Zamorano, instalando una placa recordatoria en el monolito, al cual asistieron la Familia Zamorano, oficiales y voluntarios del Cuerpo de Bomberos, miembros del Rotary local y Clemente Díaz León, el Gobernador del Distrito Rotario.
Los voluntarios de la Primera Compañía de San Vicente acuerdan en forma unánime colocar una foto de don Manuel Zamorano en el Salón de Actos del cuartel en forma permanente y bautizar el carro «Lanzia» con el nombre de «Mártir Manuel Zamorano Velásquez». La ciudadanía, por su parte, también como homenaje, puso el nombre de «Manuel Zamorano Velásquez» a la Población y Plazuela ubicada en la entrada norte de la ciudad.
Fuente:
Memorial ubicado en el Salón de Actos del cuartel de la Primera Compañía de Bomberos de San Vicente de Tagua Tagua.
San Vicente, lunes 30 de marzo de 2015